Leo con mucho coraje e indignación la denuncia que hace Julio Hernández en su columna Astillero sobre el llamado
Voto Verde, de donde se deduce que este asunto no puede ser un accidente ocasionado por el descuido de algún o algunos funcionarios del IFE: se ve que es un plan con maña, una burda maniobra que los llamados consejeros electorales (no olvidar que en su mayoría son delPRIAN) pretenden introducir para contribuir al fraude que se prepara para arrebatarle la victoria, una vez más, no sólo a AMLO, sino al gran movimiento ciudadano que crece cada día en nuestro país.
En mi carácter de ciudadano independiente, mas no apolítico, convoco a la ciudadanía en general, pero principalmente a los jóvenes, a no quitarle los ojos de encima a este instituto; es hora de exigirle la mayor claridad y transparencia posibles.
Los mexicanos vivimos horas cruciales para el devenir de nuestro futuro y democracia. No podemos permitir que mientras la ciudadanía se moviliza y manifiesta para que el actual proceso electoral nos conduzca por fin a la transformación para bien de nuestro país, los consejeros del IFE hacen como que trabajan.
Ahí están las denuncias de los excesivos gastos de campaña de uno de los candidatos, sin que hasta el momento sepamos los resultados de la investigación al respecto y si es que ésta existe.
Ya vienen los espots de la guerra sucia contra otro de los candidatos y seguramente los susodichos se pondrán a discursear y elocubrar sobre la validez o no de dichos espots. ¿Para eso les pagamos?
Tenemos derecho a exigirles que desde ahora y hasta el día de las elecciones trabajen, si es necesario, 20 de las 24 horas del día. Queremos una rápida respuesta, clara y contundente, a las denuncias que se han interpuesto sobre las distintas anomalías que están ocurriendo, pero principalmente sobre este sospechosísimo asunto del
Voto Verde.
Insisto, la respuesta deben darla ahora, no después del resultado electoral, cuando ya el daño esté hecho.
Antonio Arturo Castillo
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