Una clase trabajadora unida debe ser tomada en cuenta
Martín Esparza Flores
La cerrazón de partidos políticos y
legisladores para no escuchar ni tomar en cuenta a las agrupaciones
gremiales del país ha motivado el surgimiento de la Convención Nacional
Sindical de las Conquistas Laborales que está haciendo un llamado a toda
la clase trabajadora para unirse en contra de la aprobación de la
Reforma Laboral.
Por primera vez en la historia,
organizaciones de las más diversas corrientes se unen en una causa
común: la salvaguarda de los derechos de millones de trabajadores y de
los sindicatos mismos. El pasado 31 de octubre, en el Monumento a la
Revolución, decenas de organismos nos dimos cita para llegar a
trascendentes acuerdos, entre ellos la realización de una Gran Marcha
Nacional donde los trabajadores iremos de la mano de nuestras familias
para decirle a la clase política y a la clase empresarial que exigimos
que se escuche nuestra voz y se nos tome parecer en un asunto que
directamente afectará nuestra economía y nuestro futuro.
También se ha propuesto, entre las
acciones a seguir, una eventual huelga nacional a llevarse a cabo el
próximo 20 de noviembre, aniversario de la Revolución Mexicana, porque
la defensa de los intereses de la clase trabajadora no es un asunto
aislado o exclusivo de México, en todo el mundo el modelo neoliberal ha
hecho crisis propiciando que millones de empleados y trabajadores
también alcen la voz, rechazando ser ellos los que paguen los costos de
las crisis económica y financiera.
La Confederación Europea de Sindicatos
(CES), que aglutina a cientos de poderosas organizaciones en el viejo
continente, ha convocado a una huelga en toda la Unión Europea para el
próximo 14 de noviembre. Y es lamentable que nuestros políticos cierren
los ojos a lo que ocurre en el mundo donde los trabajadores han salido a
las calles y a las plazas públicas a exigir sus derechos, pisoteados
por los retrocesos en las leyes labores de sus países. España es uno de
los casos más fehacientes.
México con su Ley Federal del Trabajo
(LFT), emanada de las conquistas sociales del artículo 123 de la
Constitución, fue por muchos años ejemplo de los avances y derechos de
la clase trabajadora. Es por ello que nadie en su sano juicio puede
aceptar que se imponga por parte del Poder Legislativo un retroceso
histórico de tan aterradoras dimensiones.
Hemos explicado hasta el cansancio a los
políticos de todos los partidos la involución que implica para millones
de mexicanos el aceptar el pago por horas, la legalización de la
subcontratación, los contratos de prueba y de capacitación, pero han
hecho oídos sordos a tan delicados temas. Razón por la cual ahora todos
los sindicatos vamos a informar ampliamente al pueblo y a los
trabajadores en qué consiste esta contrarreforma y cómo les va a
afectar, a través de una intensa consulta nacional.
Echaremos mano de todos los medios y
recursos a nuestro alcance ya sea a través de mítines informativos en
los centros de trabajo, en las plazas públicas y en las redes sociales
para hacer un llamado a esta gran convocatoria mediante una campaña
nacional informativa en la que participan cientos de organizaciones
sindicales sin distinción alguna. Tenemos que demostrar a los que
pretenden agredirnos que una clase trabajadora unida y con el pueblo de
su lado debe ser tomada en cuenta. En todo el mundo la conciencia
sindical está despertando, y México, no es la excepción.
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